Romy Liz Cichero Faúndez

Desde el 2010 me aventuré a aprender otro idioma muy diferente en como se escribe y se pronuncia junto a su cultura, que es el chino mandarín. Gracias al Instituto Confucio de la Santo Tomás, durante 4 años he aprendido tanto junto a sus profesores nativos desde China como también crecer como persona. Tener amistades desde China y del mundo ha sido enriquecedor como experiencia, te abre la mente y las puertas para posibilidades de trabajo y, también, de metas. Las becas que ofrece el Instituto Confucio han sido la mejor opción para completar esta trayectoria de aprendizaje, pero para mí, viajar a China y sumergirte en su cultura ha sido un viaje sin paradas y surgió otra meta: la de ser profesora de Chino mandarín. Querer entregar las mismas ganas y ayuda como mis profesores chinos lo hicieron conmigo. Si aún no sabes que hacer con tu vida, no te preocupes. Mientras estudies Chino mandarín junto al Instituto Confucio y experimentes lo que yo estoy haciendo, y luego si tienes esta oportunidad de venir a China, hazlo! Y después ya aparecerán las oportunidades y nuevas metas que de verdad vale la pena intentarlo.